Interessant article d'opinió escrit per un company de la Plataforma de Eventuales de Correos, publicat a "publico.es", relatiu a la trajectòria de Correus.
El mundo ha cambiado: correos, privatización y precariedad
Desde
hace más de 40 años se habla de la privatización de Correos. Hay funcionarios
hoy jubilados, que ya en los años ochenta oían hablar de la
privatización. Tras tantos años hablando de la privatización, que viene el
lobo, que viene el lobo, se diría que los trabajadores estén anestesiados ante
el posible peligro, que ya nadie se lo cree. Indiferencia.
Pero
hay datos objetivos, están ahí, y conviene analizar la evolución de la
empresa en paralelo con esos datos. En 2001 cuando Correos fue apartada de la
Administración pública y convertida en Sociedad Anónima Mercantil, es decir
técnica y legalmente empresa privada, con 41.071 funcionarios, no se podía
vender Correos. Ni siquiera hoy siendo el funcionario una "especie en vías
de extinción" (menos de 9.000), aún no se puede vender Correos.
El
futuro de Correos
Pero
ni en 1980, ni en 2001 existía el mercado de la paquetería Online como
ahora. Correos con su inmensa infraestructura -18 grandes centros de
clasificación, 2396 sucursales de atención al público, 1750 oficinas de
cartería, 6273 en redes rurales, 101 oficinas de paquetería y urgencia- y sus
filiales Correos Express centrada en la paquetería urgente, NEXEA y Correos
Telecom, es un pastel muy goloso para el lobby de la paquetería.
Con
1700
jubilaciones en 2019 a las que hay que sumar los funcionarios que se
trasladan a diferentes administraciones, cerramos el ejercicio 2019 con unos
9000 funcionarios. Los funcionarios se jubilan a los 60 o se trasladan a otros
ministerios. Los laborales no pueden abandonar Correos y sí se les puede
despedir. De hecho, Correos aplicando la reforma laboral de M. Rajoy ya
ha despedido a laborales por enfermedad (y por otras causas). Muchos
funcionarios se niegan a abandonar Correos, están en su derecho, por lo que su
salida resulta más lenta de lo que le gustaría a la propia empresa y a los
grupos de presión (AIReF,
prensa económica patronal, mensajerías privadas…) que insisten en la necesidad
de reducir la plantilla y el cierre de oficinas "no" rentables.
Plantilla ya muy mermada en verdad. Pues con la excusa, y decimos bien excusa,
de la crisis desde 2008 hasta 2016 se suspendieron los exámenes de consolidación
de empleo, se destruyó empleo sin cubrir las vacantes que dejaban los
funcionarios. Así fue como se creó una gigantesca bolsa de eventuales
hasta superar hace tres años al número de funcionarios, llegando a ser los eventuales
el 35% de la plantilla, más de 15.300.
Tras
los dos últimos exámenes de consolidación, aun incorporándose
3.951 laborales indefinidos, la plantilla total solo ha crecido en unos 1.000
trabajadores, desde los 51.275 de 2014 a poco
más de 52.426, lo que refleja la constante salida de funcionarios.
Debemos
preguntarnos qué interés, qué sentido tiene el aumento exponencial del número
de trabajadores eventuales. Nada más fácil: trabajador precario
es, por lo general, igual a trabajador débil, al cual se puede presionar,
coaccionar y al que de hecho y a diario se coacciona recortando sus derechos.
Algunos tan básicos como no darte ropa de trabajo, negarte el disfrutar días de
asuntos propios o vacaciones, así como la amenaza de una Evaluación negativa
que supone el despido y expulsión de la bolsa de trabajo. ¿Y qué
necesita una empresa privada? Pues precisamente una plantilla de estas
características para vulnerar sus derechos y así obtener la mayor rentabilidad
por trabajador, plusvalías empresariales.
La
pérdida de trabajadores durante estos años ha sido brutal en todos los puestos
base: grandes centros de clasificación, distritos, Unidades de Paquetería y
Urgencias, sucursales de atención al público; y han aumentado los puestos a
tiempo parcial tanto laborales indefinidos o eventuales. Ello consentido por
los sindicatos firmantes del III Convenio Colectivo a cambio de suculentas
subvenciones asociadas a la formación, y con la excusa, falacia más bien, de la
caída de la carta "tradicional" que es mucho más moderada de lo que
nos cuentan. A diario aterrizan en el aeropuerto de Madrid-Barajas toneladas de
paquetería menuda, y no tan menuda; colapsando por falta de personal los
grandes centros de clasificación, que saturan todas las oficinas de Correos. Es
por esta razón que Correos lleva tiempo diseñando nuevos carros donde quepan
más y más paquetes. ¿Qué importa entonces que baje la carta tradicional si los
carteros de a pie llevan los carros a reventar de paquetitos chinos que
se trabajan y buzonean como carta o que si no caben en el buzón se entregan en
las Sucursales? En Correos hay trabajo. Y mucho.
Recientemente
la Jefatura ha presentado los ejes principales de su Plan Estratégico
2020-2023. En dicho Plan ya se habla sin tapujos de transformar Correos en
"una multinacional de la paquetería con implantación a nivel
internacional". ¿A alguien la palabra multinacional le suena a empresa
pública? ¿A alguien la palabra paquetería le suena a priorizar el
Servicio Público? A esto hay que sumar las oficinas abiertas en Londres y
Ámsterdam o la compra del 51% de la portuguesa Rangel Expresso. ¿Enfilamos
la recta final de la privatización?
A
una media de 1.500 jubilaciones por año, en los próximos 5 años se habrán
jubilado 7.500 funcionarios de los menos de 9.000 que quedan, y a los que hay
que sumar los que se trasladen a ministerios. El último funcionario puede que
tenga que cerrar la puerta de Correos al salir en 2024. En 2025 vence el
acuerdo y hay que renegociar el Servicio Postal Universal.
La
pregunta es si esta negociación se hará con un Correos público o una empresa
privada nacida del lobby de la paquetería y la mensajería.
La
cuestión principal es si las trabajadoras y trabajadores de Correos así como la
ciudadanía del país, vamos a consentir que nos privaticen otro servicio
público. El Correos que conocimos ayer, no es el de hoy, pero no se parece al
de mañana. Correos ha cambiado. El mundo cambia cada día. Pero se trata de
hacerlo cambiar en beneficio de la mayoría.
Javier
de Medina Ruiz
Plataforma
Eventuales Correos- PEC Madrid
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